Proyecto Nacional y Nueva Ciudadanía

"La educación e instrucción pública son el principio más seguro de la felicidad general y la más sólida base de la libertad de los pueblos."
Simón Bolívar

LA SOCIEDAD VENEZOLANA

No hay combate político sin ideas. El que frunza la nariz porque alguien se dedique a pensar es un necio. La pelea en el terreno de las ideas es tan importante como el enfrentamiento de la cotidianeidad oprobiosa que nos atosiga. Ambas batallas hay que darlas en simultáneo, sin tregua en ninguna de las dos, sin pausa para perder el tiempo. Nadie puede decir que, en lo personal, no hago ambas tareas.
Tenemos enfrente una oferta de “socialismo del siglo XXI” y hay que producir una respuesta que he considerado no puede ser otra que “la democracia del siglo XXI”. Al respecto hemos creado “La sociedad de las ideas”, sin junta directiva, como un intercambio horizontal de pensamiento político, para analizar las fallas que la democracia ha presentado y presenta, para incluso modificar conceptos, para tratar de darle vuelo a un sistema que es el único posible.
Para quienes se burlen del pensamiento recordemos los ejemplos de los “think tanks” norteamericanos, con numerosas fundaciones y miles de millones de dólares gastados en la producción de ideas. Ellos son norteamericanos y lo hacen a su manera, pero allí está en Francia “La república de las ideas”, dirigida por el profesor Rosanvallons, que dirige este instituto en la universidad de Grenoble y a donde van los intelectuales franceses a analizar temas como los que hemos propuesto, con influencia y oídos atentos en las élites dirigentes y en el común de los interesados en los asuntos públicos.
Hemos estado pensando sobre “el socialismo del siglo XXI” y llegado a conclusiones que van desde el pensamiento político cubano del siglo XIX marcado por el “destino manifiesto”, desde el pensamiento jacobino pasando por la “filosofía del resentimiento” del sociólogo francés Pierre Bourdieu con su "teoría de la violencia simbólica" hasta los viejos moldes vistos en el siglo **, sumados los elementos populistas y militaristas propios de América Latina. Si no sabemos lo que enfrentamos no sabremos como combatir. Por supuesto que nadie ha venido a asistirnos como a las fundaciones norteamericanas ni nadie nos ha dado cobijo como lo tiene “La república de las ideas” de Francia. Es así, vivimos en Venezuela, un país donde pensar es una tontería y un acto banal.
Hemos deliberado, claro está, sobre “la democracia del siglo XXI”, y hemos llegado a algunas conclusiones. La primera, obviamente, es que no se puede seguir hablando de democracia pensando que es un sistema donde se vota o donde hay representatividad o participación. A la democracia tenemos que hincarle los dientes, revisar todo y ahora mismo estamos sobre el concepto de política. Indispensable entrar en él porque en este país la gente dice estar “harta de política” cuando en verdad lo que está es harta de falta de política. Política no es la actividad que realizan los políticos. Política es participar en la actividad social. Es necesario terminar con la desnaturalización del concepto mismo, la creencia generalizada de una particularización “profesional”. Ejemplos: La medicina la ejercen los médicos, la ingeniería los ingenieros, la política los políticos. Toda acción sobre la vida pública o, dicho de otra manera, sobre los intereses colectivos, es una acción política. Otra cosa distinta es lo que podríamos denominar “actividad política” (proselitismo, búsqueda del poder, etc.) que es propia de los políticos.
La sociedad venezolana ha olvidado que es la democracia. Con su rechazo a un pasado al que no quiere regresar, está incurriendo en un error garrafal de percusión, con la excepción de valores claves como libertad y limpieza electoral, y es aquí donde se justifica plenamente el planteamiento de conceptuar la democracia. Lo que no se renueva perece; lo que ante los ojos de la gente es ya conocido, con sus virtudes y vicios, carece de la atracción de la novedad. Hay que conceptuar para la demostración práctica de una democracia sin adjetivos, sólo ubicada en un contexto de tiempo: siglo XXI, con todo lo que ello implica.
La sociedad venezolana está atomizada por muchas causas: desvío y confusión por la profusión de “aprendices de brujo” que pululan en los medios radioeléctricos, la conversión de los encuestadores en analistas con las consecuentes barrabasadas, la determinación de los medios de “escoger” cuidadosamente quienes asisten a sus programas de entrevistas, los negociantes que se dirigen a sobrevivir en el actual régimen. La sociedad venezolana ha perdido la capacidad de reacción, está sentada frente al televisor esperando que la pantalla le diga como debe comportarse. Consecuencia: la sociedad venezolana está imposibilitada de generar dirigentes. La sanación del cuerpo social implica un largo proceso que debe partir de la inserción en la cotidianeidad.
Sin entrar a discutir si terminó la era de los partidos y su sustitución por cortes transversales de gente que encuentra elementos de lucha común y objetivos compartidos (tema que está incluido en el segundo punto de la discusión), podemos percibir que estamos en un momento que bien puede definirse como “limbo”: los partidos están minusválidos pero los grupos emergentes (denominados tribus urbanas por los sociólogos) no terminan de conformarse. No obstante, el gobierno prevé la materialización de la nueva forma de organización social legislando para controlar las ONG. La ausencia de política (la verdadera enfermedad que nos atosiga) es la causa directa del fatalismo actual de la población venezolana. Se releva que no hay nadie que encarne los “intereses generales”. La política está ausente, es necesario bajarla de la ausencia y sembrarla en lo cotidiano, única posibilidad de que reencontremos lo social.
En eso andamos en “La sociedad de las ideas”. Diagnosticando la oferta del adversario y tratando de preparar la propia. El que se quiera sumar bienvenido será: la única condición es saber pensar.

LA SOCIEDAD VENEZOLANA PARA 1830
LAS CLASES SOCIALES: Surgen de acuerdo a la posición que ocupan los individuos respecto a la estructura económica entre España y Venezuela. La influencia que España ha tenido en las mismas situaciones que en este territorio, han sido dominantes, por los hechos y las situaciones e influencia que ellos creían predominantes. La característica esencial en la sociedad venezolana, son los elitescos: ósea, son sociedades que desde la conquista de nuestro territorio, por los españoles, han creado dependencia con respecto a sus propios intereses. Pues, la sociedad se dividía y estaba de acuerdo con su raza. Eran mercaderes, capitalistas que vinieron a conquistarnos. A nosotros, Indios y sumisos. Y nos hicieron pasar por penas y penurias. Porque para entonces la sociedad se dividía en razas, o en su color de piel. Así, nacimos nosotros; pero porque ellos se mezclaron; se nacimos así:
Blancos Criollos: Eran los hijos de Españoles con Venezolanos, porque nacían aquí; eran los descendientes de los conquistadores, poseían la riqueza agrícola y ganadera, eran dueños de la tierra y los títulos de nobleza y se mostraron muy activos en la vida comercial y financiera.
Pardos o Mestizos: Constituyen los grupos de blancos, indios y negros. Eran el grupo más numeroso de la población, y carecían de derechos políticos. Cumplían funciones de artesanos, comerciantes menores, pulperos y asalariados.
Indios: Prestaban servicios personales a misioneros y encomenderos, un alto porcentaje de esta población vivían en las selvas.
Negros: Constituían el sector más bajo de la pirámide social. Los esclavos trabajaban en las haciendas, como peones o arrendatarios y los cimarrones eran aquellos que se escapaban del dominio de sus amos y formaban fiestas y parrandas.
Se estableció una nueva estratificación social basada en la propiedad, como consecuencia de la Guerra de Independencia, y especialmente de la Guerra Federal, que sembró aspiraciones de igualdad en la conciencia social del pueblo venezolano. Las clases sociales dependían de las características económicas, del tipo de vida, del nivel de educación y del éxito político y militar. Fueron:
Terratenientes: Eran los propietarios de grandes extensiones de tierras rurales.
Grandes comerciantes: Controlaban la importación y la exportación, y prestaban dinero a altos intereses.
Profesionales y altos funcionarios públicos: Cobraban los honorarios por servicios prestados, al igual que los artesanos que trabajaban en forma independiente.
Artesanos: Correspondían a las personas que trabajaban con poca intervención de maquinaria para la producción de objetos operativos de uso doméstico a base de barro.
Pequeños comerciantes y transportistas: Los pequeños comerciantes se entienden como aquellos dueños de pulperías y tiendas y vendían las mercancías directamente a los pobladores, y los transportistas era aquellas personas cuyos ingresos dependían de las ganancias que les dejara llevar a las personas ó mercancías de un lugar a otro.
Campesinos: Formaba la mayoría de la población Venezolana trabajaban en condiciones de servidumbre como aparceros medianeros .arrendatarios o peones jornaleros en las tierras de los latifundistas.